Aunque suelen pasar desapercibidos, los Servicios de Ajuste están ganando protagonismo en la factura eléctrica y reescribiendo las reglas del juego para tarifas indexadas y fijas por igual. En este artículo te contamos, por qué su impacto crece, qué implicaciones tiene para ambas modalidades tarifarias y qué nos puede deparar a futuro, y cómo los consumidores pueden modificar sus estrategias de cobertura y flexibilidad para no quedarse fuera de juego
Los Servicios de Ajuste son un componente importante que forma parte de toda tarifa indexada (y también de las fijas, tal y como veremos a continuación).
Para entender qué son los Servicios de Ajuste tenemos que dar un paso atrás. Cada día, en la subasta del OMIE, se establecen los precios horarios del día siguiente y se genera un programa de funcionamiento teórico para el sistema eléctrico. Posteriormente, Red Eléctrica (REE), como Operador del Sistema introduce una serie de modificaciones. Estas modificaciones sirven para garantizar la seguridad, calidad y fiabilidad del suministro eléctrico en tiempo real. En la práctica, esto puede suponer ajustes sobre los programas previamente definidos.
La implementación de estas modificaciones genera una serie de sobrecostes adicionales, que son asumidos por los consumidores. Sin embargo, estos costes adicionales no están incluídos en el OMIE, sino que se agrupan bajo el concepto denominado Servicios de Ajuste.
🕯️Ejemplo de Restricción Técnica
Para aportar inercia de red, necesaria para estabilizar la frecuencia, Red Eléctrica puede decidir modificar el programa resultante de la subasta, limitando la producción de energía solar durante una serie de horas (lo que se conoce como curtailment) y, en su lugar, ordenar la puesta en marcha de ciclos combinados de gas natural, aunque estos resulten menos eficientes desde el punto de vista económico
Mientras que el resto de los componentes son conocidos, la particularidad de los Servicios de Ajuste (SAh), es que, al igual que el OMIE, varían cada hora y día del año. Además, a diferencia de otros elementos normativos y previsibles como los Pagos por Capacidad, Pérdidas, o de otros componentes habitualmente fijados por contrato, como el Fee, los sobrecostes presentan una mayor incertidumbre ya que no es posible conocerlos a más de 24 horas vista.
Históricamente, los Servicios de Ajuste han representado una pequeña fracción de la factura final. Entre 2007 y 2020, el coste de los Servicios de Ajuste se mantuvo estable, con un coste medio anual que oscilaba entre 2 y 5 €/MWh. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia ha cambiado de forma significativa. El coste medio anual ascendió a 4 €/MWh en 2021, 7 €/MWh en 2022, 10 €/MWh en 2023 y alcanzó los 12 €/MWh en 2024.
Todo apunta a que 2025 se marcará un nuevo récord. En lo que llevamos de año (enero a mayo), los Servicios de Ajuste han registrado un coste medio de 18 €/MWh, lo que supone un incremento del 50% respecto a la media de 2024. Además del aumento absoluto, se observa una tendencia creciente en el peso relativo de estos servicios respecto al precio del mercado diario (OMIE), lo que agrava su impacto en el peso de estos servicios en el precio final de energía.
Esta tendencia, fruto de la cada vez menor flexibilidad que ofrece una red con alta penetración renovable como la tiene España, se ha visto agravada a raíz del apagón del 28 de Abril. Desde el apagón, REE está operando en lo que denominan “modo seguro”. Esto significa que, Red Eléctrica, está siendo extremadamente prudente, y está poniendo en marcha ciclos combinados de turbina de gas (con costes de 100-120€/MWh) para dotar al sistema de soporte y evitar un incidente similar. Sin embargo, creemos que estas circunstancias extraordinarias, no afectan a una tendencia clara — y es que todo apunta a que estos Servicios de Ajuste van a continuar elevados y altamente impredecibles.
Para los consumidores que tienen tarifas indexadas, el incremento de los Servicios de Ajuste se repercute contractualmente en sus facturas. A pesar del incremento sustancial, este efecto puede haber pasado desapercibido, debido a que los meses en los que los Servicios de Ajuste han alcanzado valores más elevados (como marzo, abril y mayo) han coincidido con precios medios del mercado diario (OMIE) especialmente bajos.
Para entender qué ocurre con las tarifas fijas, debemos explicar primero cómo las comercializadoras cotizan estas tarifas. Para cotizar una tarifa fija, una comercializadora parte de una fórmula indexada, y se basa en los costes incluidos en la misma: precio del mercado mayorista (OMIE), peajes y cargos regulados, pagos por capacidad, pérdidas, y —los cada vez más relevantes— Servicios de Ajuste.
Durante el proceso de cotización, la comercializadora estima el perfil de consumo del cliente o grupo de clientes y, en función de ello, realiza una cobertura del riesgo de precio, ya sea parcial o total, mediante productos financieros en mercados de futuros como OMIP o EEX. n el caso de comercializadoras que también cuentan con activos de generación, esta cobertura puede ser física, al estar respaldada por su propia producción. Este tipo de coberturas, tanto financieras como físicas, permite a la comercializadora ofrecer un precio fijo en el contrato, evitando su exposición a la volatilidad diaria del mercado spot.
🇬🇧 La importancia de las coberturas para la comercializadora
Estas estrategias de cobertura son clave para la estabilidad financiera de las comercializadoras. No cubrirse adecuadamente puede ser letal — en Reino Unido, durante la crisis energética de 2021, decenas de comercializadoras quebraron porque ofrecían tarifas fijas a precios bajos, sin haberse protegido en el mercado de futuros.
Por tanto, aunque los clientes con tarifas fijas no ven directamente reflejados los picos de los Servicios de Ajuste o del mercado spot, sí que pagan un precio que ya incorpora una estimación (y una prima de riesgo) de estos costes, basadas en una estimación que hizo la comercializadora cuando se cotizó esa oferta.
El ⚠️ grave problema es que, a diferencia de los precios de energía (OMIE) que cuentan con múltiples mercados líquidos que permiten a las comercializadoras realizar coberturas de precio, los Servicios de Ajuste no cuentan con un mercado de cobertura, y las comercializadoras están totalmente expuestas ante posibles subidas de los costes de estos servicios.
En los nuevos contratos firmados con tarifas fijas, muchas comercializadoras están optando por incluir nuevas cláusulas que permitan repercutir (parcial o totalmente) posibles desviaciones de los Servicios de Ajuste en la factura del consumidor. Por ejemplo, se fija una cifra determinada con la que se ha hecho la cotización (~20€/MWh de Servicios de Ajuste) y si los Servicios de Ajuste terminan siendo más elevados, se repercute la subida al cliente a través de una línea adicional en la factura.
✂️ Tarifas fijas ya firmdas
Respecto a los contratos ya firmados, éstos tampoco están libre de riesgo. De hecho, si la situación se perpetua, creemos que hay riesgo elevado de que vivamos un episodio similar al que experimentamos en 2021, con posibles rotura de contratos o ajustes contractuales para tarifas a precio fijo.
Ante esta situación, especialmente con los picos de Servicios de Ajuste de +30-40€/MWh alcanzados tras el apagón, muchas comercializadoras están exigiendo una intervención del Gobierno.
La propuesta que se está barajando es la de introducir un concepto normativo en las facturas de todos los consumidores (similar al “tope” del gas) que incluya los costes extraordinarios de los Servicios de Ajuste. Al tratarse de un concepto normativo, en este caso, incluso los contratos a precio fijo, podrían trasladar ese sobrecoste al cliente final.
La situación que se vive en España con los Servicios de Ajuste no es única. En países como Alemania, el impacto de una alta penetración renovable también ha generado una mayor volatilidad en los costes del sistema eléctrico (ver nuestro último artículo sobre los precios negativos ahí). Uno de los efectos más notorios es que que cada vez es más difícil para los grandes consumidores lograr tarifas fijas reales.
En el caso alemán, esta dificultad se debe a que el sistema eléctrico no cuenta con mecanismos adecuados que permitan a las comercializadoras cubrirse del todo frente al coste final de suministro. Al igual que en España, los costes adicionales por Servicios de Ajuste, no son plenamente predecibles ni asegurables. Como resultado, las eléctricas se muestran reacias a ofrecer precios fijos, o bien los ofrecen a precios mucho más elevados, que incorporan primas de riesgo significativas.
Este fenómeno apunta a una tendencia estructural— si España continúa en esta misma senda (con una penetración creciente de renovables, un mercado diario muy volátil, y costes impredecibles como los Servicios de Ajuste) es muy probable que estemos ante el inicio de la desaparición de las tarifas fijas competitivas.
En este nuevo escenario, la complejidad para los consumidores finales va a ser mucho más elevada. Estos consumidores van a pasar de ser actores pasivos, protegidos por una tarifa fija, a convertirse en un gestor activo de riesgos. Especialmente, en el caso de los grandes consumidores, será fundamental disponer de una estrategia energética avanzada que permita tomar decisiones informadas ante la incertidumbre del mercado.
En este contexto, contar con una plataforma de gestión energética (EMS) como Evoltio puede marcar la diferencia. Con Evoltio, puedes:
La transición energética no sólo transforma la forma en que generamos electricidad, sino también cómo la contratamos y consumimos. Ante la creciente volatilidad y falta de mecanismos de cobertura para ciertos componentes del sistema eléctrico, las tarifas fijas —especialmente las competitivas— podrían convertirse en algo del pasado.
Adaptarse al nuevo paradigma será clave. Y para ello, los consumidores necesitarán herramientas, información y acompañamiento experto.
¿Estamos ante el final de las tarifas fijas? Puede que sí. Pero también estamos ante una oportunidad única para transformar la gestión energética en algo más inteligente, transparente y estratégico.
