La energía (sólo después de la comida y el agua) se encuentra entre los recursos más críticos para la vida moderna y el funcionamiento de nuestra sociedad. De hecho, el consumo de energía es uno de los indicadores que mejor correlacionan con el crecimiento del PIB. Ayer, las redes eléctricas de España y Portugal se apagaron, y la economía se detuvo. Los sistemas de pago se colapsaron, el transporte público se paralizó, las telecomunicaciones se vieron interrumpidas, y en las principales ciudades el tráfico pasó a autorregularse. Ciudadanos y empresas recurrieron al uso de la radio, el efectivo y generadores alimentados por diésel. ¿qué acaba de pasar?
La Red eléctrica es la máquina en funcionamiento continuo más larga jamás construida por el ser humano. También es la más compleja y la más cara (por ejemplo sólo en EE.UU., su valor de reposición ronda los 5 trillones de dolares, o $5.000.000.000.000, eclipsando a la Estación Espacial Internacional y, de hecho, a cualquier otro proyecto). La Red está gestionada por el Operador del Sistema (normalmente llamado TSO por sus siglas en inglés). En el caso de España no somos muy creativos, el TSO se llama Red Eléctrica de España, y tiene esencialmente dos funciones:
La primera es balancear la oferta y la demanda. Cada día, el agente de mercado en España (OMIE) organiza una subasta, solicita a consumidores y empresas eléctricas que estimen la demanda y fija los precios de la energía. Entonces Red Eléctrica define un “programa” de producción para cubrir la demanda prevista. Esto se llama P48: 48 periodos de media hora que dividen un día completo para fines de programación y balanceo energético. Si todos siguieran su plan, el sistema estaría equilibrado (y el operador estaría muy feliz y con menos trabajo). Pero esto nunca sucede, y la demanda y generación reales casi siempre difieren del programa, por lo que el operador debe corregir estos desequilibrios aumentando o reduciendo la capacidad de producción o ajustando la demanda.
La segunda función es regular la Frecuencia de la Red. La electricidad no se trata solo del voltaje (la fuerza del empuje), sino también del ritmo y la estabilidad con que se produce ese empuje. En Europa, los sistemas están diseñados para mantener la frecuencia en torno a los 50 Hz de forma constante. Recuerda este dato, volverá más adelante.
Además, las fuentes de energía controlables (gas, carbón, hidroeléctrica) son mucho mejores para regular la frecuencia que las no controlables (solar, eólica).
Para complicarlo aún más, la Red no es un sistema único y unificado. Está formada por múltiples nodos, cada uno cubriendo una región con su propia oferta y demanda. Estos nodos deben mantenerse sincronizados, lo que complica su gestión. Además, algunas redes están interconectadas entre países para compartir electricidad, como es el caso de España con Francia, Portugal, Marruecos y Andorra. Esto aporta estabilidad, pero también nuevos desafíos cuando ocurren cambios en las redes vecinas.
Normalmente, el Operador de la Red dispone de varias herramientas para equilibrarla: puede añadir capacidad "despachable" (por ejemplo, encendiendo centrales de gas —conocidas como "peaker plants"—), desconectando grandes consumidores industriales o regulando la frecuencia (por ejemplo, con las turbinas de grandes centrales de gas o nucleares).
Aunque pasa desapercibido, el Operador realiza estos ajustes múltiples veces al día para garantizar el funcionamiento correcto de la Red. Sin embargo, el desbalance de ayer fue más allá de sus capacidades.
A las 12:33h, la frecuencia cayó de los 50 Hz previstos a 49,85 Hz. Esta bajada parece diminuta, pero en la operación de la Red es catastrófica. El sistema está diseñado para mantener la frecuencia con un margen extremadamente estrecho de ±0,1 Hz. Salirse de este margen activa automáticamente protocolos de emergencia y desconexión.
Esta oscilación provocó que la red española se desconectara del sistema europeo. Las centrales eléctricas y relés en los distintos nodos empezaron a desconectarse para protegerse, desencadenando un colapso generalizado del sistema. En menos de 5 segundos, España perdió 15 GW de capacidad (el 60% de la demanda total).
Portugal y toda la Península Ibérica quedaron a oscuras. Todas las 7 centrales nucleares de España se apagaron.
El gran desafío de España es que su Red tiene una altísima penetración de solar y eólica. En este caso, esto es una gran desventaja, porque la mayor parte de la capacidad renovable no es "despachable", no está disponible bajo demanda, a diferencia de, por ejemplo, el gas. No existe precedente histórico de que una red tan grande, con tal exposición a renovable, que haya sido repuesta o reenergizada desde cero. Muy pronto nos convertiremos en caso de estudio a nivel mundial.
Restaurar el 90% de la Red tomó 17 horas (hasta las 5:00h de hoy), muy por encima de las 6–8 horas inicialmente previstas. ¿Por qué tanto tiempo? Porque el operador tuvo que reconectar nodo a nodo, poco a poco, evitando nuevos desequilibrios de frecuencia que nos habrían devuelto a la casilla de salida.
Además, aunque parezca surrealista, muchas plantas de generación (tanto aquí como en otros países) requieren de electricidad externa para poder reiniciarse tras un apagón total (esto se llama un Black Start). Aunque no lo sabemos a ciencia cierta, a medida que pasan las horas, las baterías de respaldo de las subestaciones empiezan a agotarse, y eso pudo haber complicado aún más la recuperación, aumentando el riesgo de tener que realizar maniobras manuales (que implican procedimientos de seguridad espectaculares).
Tuvimos suerte de contar con ayuda externa: Francia y Marruecos inyectaron energía para acelerar la reactivación. Además, los embalses estaban a niveles récord, y la hidroeléctrica —que es rápida y excelente para regular frecuencia y voltaje— fue fundamental para recuperar la red a lo largo de la noche. Los ciclos combinados de gas también hicieron la mayor parte del trabajo pesado y salvaron la red, a pesar de salir de un invierno extremo que los llevó a operar bajo regímenes extremadamente exigentes.
Aún es pronto, pero se manejan varias hipótesis plausibles, sin orden de prioridad:
Aún es pronto, pero si tuvieramos que apostar estamos inclinados a pensar que el apagón no fue producto de un ciberataque, y fue casi con total seguridad por motivos técnicos, con las opciones 2 a 5 como las más probables.
Este evento marcará un antes y un después en España y Europa. Predecimos varios efectos:
En definitiva, creemos que esto representa una gran oportunidad para startups como la nuestra y para todos los fundadores que estén innovando en el sector. Es momento de seguir construyendo! 💪